Trabajo como librera en la Librería Cervantes de Oviedo, un espacio de referencia cultural en la ciudad con más de cien años de historia. Soy la cuarta generación de libreros de mi familia, por lo que desde siempre he vivido rodeada de libros.
Además de ocuparme de la gestión diaria junto a mi padre, llevo la agenda cultural: organizamos presentaciones, charlas y actividades que acercan la literatura a personas de todas las edades. Es una forma de mantener la librería viva, conectada con la gente y atenta a sus intereses.
Uno de los proyectos que más ilusión me hace, y que lidero, es la comunidad Casal Street Books, dirigida a los jóvenes asturianos y asturianas. Actualmente coordino dos clubes de lectura para la misma. Estas reuniones se han convertido en un espacio para compartir lecturas, debatir, descubrir nuevas voces literarias y acercar el mundo del libro a sus miembros. Lo que más valoro es ver cómo se crea un ambiente de confianza, donde cada persona aporta su visión y su experiencia lectora.
Ser librera, para mí, no significa únicamente continuar una tradición, sino también reinventarla. Quiero que la librería siga siendo un punto de referencia cultural, un lugar cercano y abierto a todos: un verdadero hogar literario.