Hay un rasgo que une a todas las empresarias, emprendedoras y profesionales. ¿Quieres saber cuál es?

Pues no es otro que la resiliencia. Sí, esa capacidad que te permite seguir avanzando, incluso en situaciones desesperadas.

También la de luchar contra el rechazo y mantener la barbilla en alto. Y la de continuar trabajando con determinación y persistencia.

Cabe decir que esto suena a admirable e incluso agotador, contribuyendo en cierta medida a que algunas empresarias acaben experimentando agotamiento mental y físico.

Porque resulta que crear algo desde cero es un asunto difícil. Pero, no imposible.

Muchas emprendedoras, empresarias y profesionales comienzan su viaje como la gente inicia sus dietas de moda cada enero: emocionados, demasiado entusiastas y enérgicos.

Y luego la realidad se establece, a menudo antes de lo que esperas: ¡maldita sea, lograr los objetivos es un trabajo duro!

Entonces, ¿cómo pueden las empresarias y profesionales construir un núcleo más resistente y superar todos los desafíos que se les presenten, incluso después de que su empresa haya perdido todo su brillo y glamour?

Sigue leyendo porque traigo algunos consejos que deberías tener muy presentes:

Encuentra la belleza en la lucha

No todo en la vida va a ser un cuento de hadas. Y eso debes usarlo a tu favor.

Sí, sí. Así como lo lees.

Permite que la lucha te catapulte hacia adelante. No olvides que eres una guerrera (en el sentido bueno de la palabra).

Ponte en un estado mental de «no hay más opción que tener éxito». ¿Qué quiere decir? Pues que seas testaruda, un poco rebelde y con mucha valentía.

Pero, espera, ¿estos comportamientos son saludables o sostenibles?

Ese no es el punto, sino más bien vencer y contar con el impulso para correr a través de las paredes de ladrillo si es necesario. Y a menudo, tener que probar lo llevará allí.

Sé realista: es un trabajo duro

Todo es trabajo duro. Es posible que haya soñado con tener el título de «fundador» o «CEO» en una tarjeta de presentación de cáscara de huevo en algún lugar (¿la gente todavía los usa?)

Pero ser empresaria o emprendedora tiene mucho que ver con los puntos bajos (sacar la basura y lidiar con el infierno administrativo) como con los puntos altos (tu primera ronda inicial, conquistar a ese primer cliente).

Y eso también sucede cuando tu meta es ser una buena y respetada profesional.

Porque, ¡ojo! La inspiración es el 1% del trato y el sudor el 99% restante.

Encuentra y acepta el apoyo humano

Tu sistema de apoyo, tu tribu, tu reunión del viernes por la mañana, una red de apoyo de mujeres, lo que sea. Vas a necesitar a alguien con quien llorar si algo se pone cuesta arriba o difícil, y que celebre contigo cuando todo vaya bien.

Solo ten en cuenta que no estás sola: hay muchas mujeres que luchan todos los días, trabajan con poco sueño y se preguntan si lo lograrán. Conéctate con ellas. Apóyalas. Y crece con ellas.

Aprende de los fracasos

Todavía hay muchas personas que ven el fracaso algo malo.

Pero no se trata de que esté muy bien, que sea genial fallar, sino de aprender de ello en cada paso del camino y no repetir los mismos errores.

Dicho esto, no te castigues demasiado. Porque el fracaso es parte del trato.

Tanto en la vida como en los negocios.

Y tú, ¿cuál de estos consejos vas a seguir o sigues? Te leo en comentarios.

Beatriz Infanzón
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