Cuando hablamos de referentes femeninos en la ciencia, inevitablemente debe aparecer el nombre de Rosa Menéndez. Su historia es la de una investigadora de excelencia, una mujer que ha conseguido abrirse camino en un mundo que tradicionalmente no pertenecía a las mujeres.

En una de las actividades preferidas de Mujeres de Empresa, el Mientras Comemos de finales de marzo, Rosa tuvo la amabilidad y la apertura de compartir con nosotras y con nuestras invitadas su trayectoria vital, los desafíos que ha enfrentado y las lecciones que ha aprendido en el camino.

 

Trayectoria académica de Rosa Menéndez

Para cualquiera que no la conozca todavía, baste decir –y aquí la deformación profesional se hace notar y me voy a centrar en su impresionante trayectoria académica:

  • Profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el equivalente a catedrático.
  • Ha participado en más de 30 proyectos de investigación con implicación industrial.
  • Ha sido la investigadora principal en 23 de
  • 9 de estos proyectos han sido financiados por la Unión Europea dentro de los Programas Marco de Investigación e Innovación y del Fondo de Investigación para el Carbón y el Acero.
  • Rosa es autora de más de 220 artículos en revistas científicas internacionales de alto impacto.
  • Tiene 10
  • Ha dirigido 24 tesis doctorales y 22 trabajos fin de máster en los campos de los materiales, la química y la energía.
  • Ha escrito varios capítulos de libros y, además, dos libros de divulgación científica.

Y a todo esto se deben añadir sus estancias de investigación en distintas universidades de Inglaterra y Estados Unidos y todas sus funciones de dirección y coordinación de distintos organismos nacionales e internacionales.

Organismos como el CSIC, por ejemplo, donde tuvo a su cargo a 14.000 profesionales de la investigación durante 5 años. 

Encuentro amable y distendido entre profesionales de distintos ámbitos

Con estas credenciales y con la sonrisa amable que la acompañó en todo momento, es muy fácil entender por qué disfruté tanto con este encuentro.

Me cautivó su relato de cómo había conformado su equipo cuando asumió la dirección del CSIC en 2017, ese punto en el que todos los contactos, las redes y las colaboraciones que se habían tejido a lo largo de su vida profesional se cristalizaron.

Viajar cambia la vida. Abre puertas y ventanas –en forma de contactos, por ejemplo–, sí, pero por encima de todo, abre la mente de una manera difícil de explicar a quienes nunca han vivido fuera de su tierra.

Me quedo también con las observaciones de Rosa sobre el cambio que se ha dado en el mundo académico y fuera de él en cuanto a la presencia de mujeres, en cómo las polémicas cuotas han servido para que las mujeres entráramos en el terreno de juego. Después ya dependía de la calidad del trabajo de cada uno mantenerse ahí o no.

 Por cierto, me encantó escuchar que en los ámbitos en los que ella se movía, las mujeres tenían un desempeño superior al de sus compañeros y que se las volvía a llamar año tras año para proyectos internacionales. Y aplaudí cuando puso en valor el trabajo de las portuguesas, españolas, italianas y griegas en el ámbito de la ciencia. 

Recetas para el éxito

Sin duda, se trata de elecciones y de tener el espacio personal y profesional de tomar aquellas elecciones que te acerquen a lo que deseas. Y también, añado yo, de contar con referentes que te hagan saber que si es posible recorrer el camino que te llama. 

Eso sí, siempre trabajando mucho y bien, de forma constante, sostenida y sostenible. Y para las mujeres de forma mucho más pronunciada que para nuestros compañeros es importante que nos sintamos útiles.

Nuestro éxito está ligado en mayor medida a la idea de que lo que construimos vaya a servir para algo, algo más grande que nosotras mismas.

Los retos siguen ahí, y lo sabemos. 

Pero historias como la de Rosa recuerdan que el cambio es posible. Y que ese cambio empieza en cada una de nosotras: en atrevernos a postularnos al trabajo que deseamos, en hacer una labor de excelencia, en comunicar nuestra labor, en buscar siempre soluciones y, por supuesto, en apoyarnos unas a otras y a nuestros compañeros para que cada vez lleguemos más lejos. 

Muy agradecida a Rosa por dar ejemplo de palabra y de obra. Por recordarnos y por recordarme que la ciencia, la innovación y el liderazgo tienen cada vez más nombre de mujer. 

Y a ti, amable lector@, espero verte en las próximas actividades de Mujeres de Empresa, para que compruebes de primera mano que nuestro lema, nuestro #avanzamosjuntas, es mucho más que palabras.

 

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Consuela Alexandra Dobrescu Iordachita
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